25 de septiembre de 2006

Artículos de Febrero 2006

LA PATAGONIA PELIGRA

Chile junto Argentina, tienen el privilegio de poseer una de las pocas regiones de naturaleza salvaje y prístina que van quedando en el mundo. Hoy día la Patagonia se asocia a maravillas naturales tales como el Parque Nacional Torres del Paine, el Cabo de Hornos, La Laguna San Rafael, por mencionar tan solo las zonas que están en el sector chileno.

Gran parte del patrimonio natural que le va quedando de nuestro país se encuentra en esa región, una reserva de vida que esta en vías de dilapidarse.

En la Patagonia se encuentran una de las más grandes reservas de agua dulce que tiene el planeta, los denominados Campos de Hielos, él rió más caudaloso de Chile, él rió Baker en Aysen y el lago más grande que tiene el país, el lago General Carrera. También esta región alberga más de un tercio de los bosques y renovales nativos que nos van quedando, constituyéndose en él ultimo reducto de especies tan importante como nuestro Alerce y lenga.

Han sido el aislamiento geográfico y su clima los factores que más han contribuido a mantener ese lugar fuera de la dinámica depredadora del desarrollo chileno que basa su crecimiento en la explotación acelerada de sus recursos naturales. Pero esta situación comienza a cambiar:

La región patagónica ha comenzado a vivir simultáneamente dos procesos antagónicos de valorización de su naturaleza que le crean un dilema difícil de resolver:

Por un lado un crecimiento sostenido del turismo, principalmente el ecoturismo, que cada año atrae mas y más visitantes a sus numerosos atractivos naturales. Tan solo en año 2005 el Parque Torres del Paine recibió 106.000 visitantes, un 9% mas que en 2004, este incremento se debió íntegramente a turistas extranjeros provenientes de 70 países. Esta misma situación se repite con los otros lugares atractivos de la Patagonia como por ejemplo la laguna San Rafael que el año pasado fue visitada por más de 50000 personas. La industria del turismo se proyecta como la gran actividad económica del futuro, atrayendo a ciento de miles de visitantes de todo el planeta, que son atraídos por sus bellezas naturales y la tranquilidad que reina en la región

El desarrollo de la industria del turismo, una industria sin chimenea, requiere de la conservación y restauración de los ecosistemas naturales que son los que le entregan los atributos que caracterizan a la región y por lo tanto un desarrollo sustentable que convine la protección ambiental con la equidad económica y la participación de la comunidad

Lamentablemente esta orientación del desarrollo regional sustentable ha comenzado a ser desafiado por un conjunto de proyectos industriales que representan serias amenazas a la integridad ecológica de la Patagonia.

Un lugar destacado en esas amenazas al ambiente lo constituye el proyecto de instalar una planta de producción de aluminio, Alumysa, que la empresa canadiense Noranda pretende instalar en Aysen. Este complejo industrial requiere la construcción de un puerto de aguas profundas para recibir la materia prima necesaria para la producción de aluminio de la cual Chile no dispone en absoluto y que debería traerse presumiblemente desde Australia. Este megaproyecto necesita de la construcción de tres grandes centrales hidroeléctricas que en su conjunto inundarían mas de 10000 hectáreas, destruyendo a su paso bosques nativos, ríos, lagos, flora y fauna contaminando amplios sectores del borde costero y creando una extensa contaminación atmosférica bajo la forma de una lluvia ácida que amplia enormemente el área de destrucción. Este destructivo proyecto esta ahora detenido gracias a la férrea oposición que opusimos los ambientalistas y otros sectores productivos de la región como los dedicados al turismo y la salmonicultura.

Pero el proyecto que más amenaza hoy día a la Patagonia es el impulsado por la multinacional española Endesa y que contempla construir cuatro grandes centrales hidroeléctricas y una línea de transmisión eléctrica de miles de kilómetros que intervendría a su paso parques nacionales, reservas ecológicas y zonas protegidas de alto valor natural.

El Proyecto Hidroeléctrico Aysen de Endesa España, contempla construir cuatro centrales hidroeléctricas con un total de 2400 megawats. Dos centrales sobre él rió Baker (Baker1 con 680 MW y Baker2 con 360 MW) y otras dos sobre él rió Pascua ( Pascua 1 con 450 MW y Pascua 2 con 940 MW)

El impacto ambiental de este megaproyecto hidroeléctrico es enorme y tal como lo dijo recientemente el Presidente Ricardo Lagos, en una visita a la zona potencialmente afectada, es necesario previamente iniciar un gran debate nacional acerca del proyecto energético que necesita el país y cual es el costo socio ambiental que la comunidad nacional esta dispuesto aceptar.

Es innegable que Chile esta inmerso en una grave crisis energética y es nuestro deber buscar toda las alternativas posibles para abastecerse de suministros energéticos nacionales. ¿Son las megas centrales la única forma de producir hidroelectricidad? Para el mundo desarrollado podemos afirmar categóricamente que NO, es demasiado su costo ambiental.

Es el tiempo para que en el Planeta y particularmente en Chile se desarrollen las energías renovables a pequeña escala?. Es el tiempo de la Electricidad Verde ¿ Es una utopía? En absoluto, hoy día en los próximos cinco años se construirán en nuestro país nueve centrales pequeñas y treinta mini centrales con una potencia total superior a 500 MW, es decir con una potencia que superara lo que ya aporta la central PANGUE en el Alto Bio- Bio con una potencia instalada de 467 MW. Por la cartera de proyectos que sé esta preparando esta cifra mas que se duplicara en los próximos diez años con un crecimiento exponencial de la producción de electricidad verde en pequeña escala.

Es el tiempo de realizar un serio debate de alcance nacional para saber en que Chile queremos vivir? cuales son los costos ambientales que como país estamos dispuesto a soportar y cuales son las alternativas que tenemos para nuestros recursos naturales en función del bienestar de las nuevas generaciones? ¿La Patagonia se convertirá en una reserva de vida o se incorporara plenamente al modelo industrial destructivo por el cual transita actualmente nuestro país?

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